domingo, 17 de octubre de 2010

Las ciudades escondidas 3.

Una Sibila,interrogada sobre el destino de Marozia dijo:
-Veo dos ciudades: una del ratón, otra de la golondrina.
El oráculo fue interpretado así: Marozia es una ciudad donde todos corren por galerías de plomocomo bandas de ratones arrancándose de entre los dientes los conventillos pálidos que se dan la espalda por prados hispidos,entre empalizadas de tablas y techos de zinc. Cada tanto en los bordes del camino un espesarse de construcciones de magras fachadas, altas altas o bajas bajas como un peine desdentado,parece indicar que de allí en adelante las mallas de la ciudad se estrechan. Pero prosigues y encuentras otros terrenos baldíos, después un suburbio oxidado de oficinas y depósitos, un cementerio, una feria con sus carruseles, un matadero, te internas por una calle de tiendas macilentas que se pierde entre manchones de campo despeluzado.
Las gentes que uno encuentra, si les preguntas:
-¿Para Pentesila?-Hacen un gesto circular que no sabes si quiere decir:
''Aquí'', o bien: ''Más allá'',o ''Doblando'',o si no: ''Del lado opuesto''.
-La ciudad- insistes en preguntar
-Nosotros venimos de trabajar aquí por las mañanas- te responden algunos, y otros -: Nosotros volvemos aquí a dormir.
-¿Pero la ciudad donde se vive? - preguntas
-Ha de ser - dicen por allá - y algunos alzan el brazo oblicuamente hacia una concreción de poliedros, en el horizonte,mientras otros indican a tus espaldas el espectro de otras cúspides.
-¿ Entonces le he pasado sin darme cuenta?
-No, prueba a seguir adelante.
Así continuas, pasando de una periferia a otra, y llega la hora de marcharse de Pentesilea. Preguntas por la calle salir de la ciudad, recorres el desgrenarse de los suburbios desparramados como un pigmento lechoso; llega la noche; se iluminan las ventanas ya más escasas ya más numerosas.
Si escondida en alguna bolsa o arruga de este mellado distrito existe una Pentesilea reconocible y digna de que la recuerda quien haya estado en ella, o bien si Pentesilea es solo periferia de sí misma y tiene su centro en cualquier lugar, he renunciado a entenderlo. La pregunta que ahora comienza a rodar en tu cabeza es más angustiosa: fuera de Pentesilea ¿existe un fuera?¿O por más que te alejes de la ciudad no haces si no pasar de un limbo a otro y no consigues salir de ella?.

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Esta entrega consiste en el desplazamiento de ideas sacadas del texto.

Al comenzar a leer el texto, solo me confundía. Poco a poco comencé a entender y asociarlo a cosas de mi propia ciudad, de mi experiencia en otras ciudades...pero al llegar al fin del cuento, comprendí que en cierto modo la única forma de salir de Pentesilea era la muerte. Cuyo tema para mi se ha convertido en la base de muchos de mis trabajos por lo cual me entusiasmé bastante.
En un comienzo pensé en signos del transito que no dijeran nada, solo por color y forma los pudiéramos asociar a lo que realmente eran, pero en contenido fueras bastante diferentes, luego pensé en clavos, lo que me gustó mucho, pensando en esta ciudad de ratones como un
laberinto...y laberinto! mi mente hizo clic! un laberinto con clavos, esa sería la base de mi idea.



Los clavos hacia arriba simbolizan la muerte, con la que según mi lectura solo se puede salir de Pentesilea.


Luego, por problemas técnicos, comencé con el interior, la ciudad misma.
Esta ''ciudad'' estaría representada por una serie de clavos, formando una especie de laberinto sin una forma predeterminada, ni mucho menos un camino. Entre estos clavos decidí que pasaría una pequeña bola de vidrio, por lo tanto, esta al chocar con los clavos emitiría un sonido casi una melodía sin estar previamente estudiada, como la ciudad misma del cuento, uno se encontraría con cosas sin sentido gente no dice a donde va ni donde viene, esta bola de vidrio tendría un camino medianamente controlado por las manos del espectador, ya que la base de madera posee dos clavos por lado, creando una especie de ''manilla''.





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